Acaban de publicar un libro Nohemí Sanín y Miguel Ceballos sobre el polémico fallo de la Corte de La Haya, donde nos cercenan 75.000 kilómetros de mar, desvertebrando el Archipiélago de San Andrés, y en el que los autores de la obra presentan este fallo no solamente como injusto y antijurídico, desconociendo la jurisprudencia y los tratados entre las dos naciones, sino que le abren la compuerta a que haya sido un “torcido” alrededor de un acuerdo realizado previamente entre Nicaragua y la República Popular China, con dimensiones geopolíticas y estratégicas de un tamaño monumental en aras de una mayor influencia en toda América Latina del gigante asiático. Claramente sugieren que el absurdo fallo contra Colombia, además de la debilidad de nuestra representación diplomática en Holanda, que la cambiaban con frecuencia, el agente nicaragüense Carlos Argüello Gómez se mantuvo como embajador por más de 30 años, sosteniendo la tesis que al final prosperó, haciendo lobby y persuadiendo a sus colegas, entre los cuales se encontraba la señora Xue Hanqin, quien después de ser embajadora ante La Haya entre los años 2003-2008 pasó a ser jueza de la Corte Internacional de Justicia, no declarándose impedida a pesar del convenio de “marras” para la construcción de un canal interoceánico por 30.000 millones de dólares, que le garantizaría un mejor acceso al Caribe a China, por la parte sur de San Andrés.
El libro que va ser “bomba” sugiere una estrategia bien planeada en una alianza Nica-China con intereses continentales y un tráfico de influencias en la alta Corte, arrastrando los de nuestra patria.
Grave fueron los errores colombianos en los sucesivos Gobiernos que les correspondió defender nuestra soberanía; grave el fallo-esperpento que no tuvo en cuenta la jurisprudencia y la historia; grave los efectos del fallo que no solamente cercenan territorio patrio y afectan una comunidad raizal en el Archipiélago en su tradicional modus vivendi del recurso pesquero y nos llena de vergüenza pública al afectar la geografía patria; pero más grave aún, si todo lo anterior obedece a una estrategia “sucia” de intereses súper continentales y de “jugadas” geopolíticas en el mundo de los gigantes, en donde el pobre perdedor es nuestra amada Colombia.
Este libro de Sanín y Ceballos tendrá que abrir el debate nacional con repercusiones internacionales.
Adenda 1: En donde estará el Párroco de Oporapa, cuando este afirmara que si Iriarte sacaba más de 300 votos se iría del pueblo.
Adenda 2: Dicho y hecho, los avivatos se están robando el subsidio por carga de café, revendiendo facturas.